Escrito por: Pablo Suárez
Fotografía: Rafael García
Vídeo: Borja Rebull
La pandemia del coronavirus, los efectos de la guerra de Ucrania o la galopante inflación que padece Europa. Son algunos de los factores bajo los que se explica el aumento de las desigualdades sociales que preocupan a las entidades expertas en trabajar contra la pobreza. La protección de la infancia supone uno de los principales ejes de acción no como un ejercicio de presente, sino como la única vía para garantizar el futuro.
«La situación de desigualdad de la infancia en España es inaceptable. Si sumamos la carencia material y social severa, tenemos un 27,8% de tasa de pobreza en niños y niñas menores de 18 años. Algunos no pueden permitirse comer carne o pescado dos veces a la semana o no disponen de conexión a internet ni de la capacidad de ir al dentista o comprarse unas gafas». Es el diagnóstico de Ismael El Mimeh García, director del centro de Save the Children en Illescas, Toledo. Su trabajo en primera línea, junto con el del resto de trabajadores y voluntarios que conforman esta organización, supone un auténtico salvavidas para miles de niños y sus familias en situación de vulnerabilidad. «Lo que nosotros tenemos aquí en Illescas es lo que se conoce como CRIA (Centro de Recursos para la infancia y la Adolescencia)», explica sobre una iniciativa que, desde este municipio de unos 30 000 habitantes, garantiza a los niños y niñas de la zona actividades de refuerzo educativo y acceso a otros servicios que, por cuestiones económicas, sus familias no pueden garantizarles.
La situación de desigualdad de la infancia
en España es inaceptable. Tenemos un
27,8% de tasa de pobreza infantil, la segunda
más alta en Europa, explican desde
Save the Children
Es la esencia del plan Impulsa, un proyecto puesto en marcha por Save the Children para apoyar a más de 5000 niños y niñas por toda España. «Lo que hacemos es apostar por un acompañamiento integral donde ofrecemos servicios de atención psicológica, actividades de ocio y tiempo libre o un programa de empleabilidad para que aquellos jóvenes que han abandonado sus estudios tengan un reenganche formativo», explica Ismael sobre un programa que tiene por objetivo «romper el ciclo de transmisión intergeneracional de la pobreza» y reducir su tasa infantil de un 27,8 a un 25% de aquí a 2030. «Implicaría sacar de esa situación a unos 650 000 niños y niñas de este país», apunta.
Como es evidente, para que el objetivo marcado desde Save the Children pueda cumplirse en los tiempos previstos, es necesario disponer de una serie de recursos y fondos. Es ahí donde aparece la colaboración con Amazon, quien desde 2021 apoya el plan Impulsa. «Gracias a Amazon hemos podido llegar a barrios que no estábamos consiguiendo abarcar», explican desde Illescas sobre una financiación que genera impacto tanto a nivel local como nacional o, incluso, ante situaciones de emergencia no previstas.
El objetivo es romper el ciclo de transmisión
intergeneracional de la pobreza y reducir
su tasa infantil de un 27,8 a un 25%
de aquí a 2030
El compromiso de Amazon complementa la financiación con un proyecto de voluntariado entre sus empleados para contribuir a una mejor ejecución de los proyectos y a un aumento de la visibilidad para que este tipo de iniciativas sean conocidas por el resto de la población. Por eso, empleados y empleadas de Amazon, como Laura, dedican unas horas de su tiempo a colaborar en el CRIA de Save the Children en Illescas. «Siempre había querido ser voluntaria, pero nunca había sabido cómo poner medios para poder hacerlo», reconoce. Es importante que nos ofrezcan esta oportunidad porque en Amazon somos una comunidad y una forma de hacer esa comunidad es participando y conociéndote con tus compañeros en actividades fuera del trabajo, y seguir formándote como persona», añade. Laura, junto a otros miembros del equipo de Amazon realizan talleres con los chicos y chicas del centro de Save the Children en Illescas.
Es el ejemplo de cómo, al margen de datos económicos y otros indicadores, la alianza entre el mundo empresarial y una organización como Save the Children puede mejorar la vida de muchas personas y ayudar a construir un mundo más justo. Es el ejemplo, en definitiva, de por qué invertir en infancias felices es ayudar a crear futuro.