Escrito por: Mauricio Hdez. Cervantes
Fotografía: Rafael García
Vídeo: Borja Rebull
Ella vive a través de la piel de otros personajes. Primero, lo hizo vía la actuación (participó en seis películas y más de treinta cortometrajes, además de exitosas series como El secreto de Puente Viejo), y después con su actual profesión: la escritura. Para Lorena Franco (Barcelona, 1983) el noble oficio de la pluma, como un arte que traslada imágenes elegidas de distintas realidades, se ha convertido en un modus vivendi, uno que conjunta la pasión con la vocación y con el que, incluso, puede llegar a la denuncia social. Pero, según sus palabras, esa profesión, ese oficio, se acerca mucho al más puro impulso vital.
No fue hasta 2015 cuando decidió dar los primeros pasos para contar sus propias historias, en vez de seguir en la interpretación de guiones ajenos. Lo hizo sin conocer las profundidades del mundo editorial, y optó por autopublicarse, una tendencia en la que encontraría de inmediato otra puerta para el éxito. Apostó –y sigue haciéndolo– por Kindle Direct Publishing de Amazon. Y, gracias a esa vía, hoy en su currículum ya figuran veinticinco novelas. La última, un thriller ambientado en una noche de fin de año en una azotea de Nueva York, tiene por título 600 noches después. ¿El resultado? Aún es pronto para hacer pronósticos, pero sus miles de lectores alrededor del mundo ya la contactan para comunicarle que esta nueva obra seguirá los laureados pasos de otros títulos como El último verano de Silvia Blanch (2020) y El escondite de Greta (2022), novela esta última con la que fue finalista del Concurso Literario Amazon Storyteller. Entrevistamos a Lorena en una de las azoteas con las mejores vistas de Barcelona.
Lorena Franco publica su vigesimoquinta
novela, un thriller que transcurre en una
misteriosa azotea neoyorkina en la
Nochevieja del año 1999.
Mi última novela, 600 noches después, está ambientada en una azotea. [Lorena nos cita en una de la azotea del Hotel Barceló Raval, una de las azoteas con las mejores vistas de Barcelona]. Por supuesto, ahora mismo no estamos en fin de año de 1999, y tampoco es Nueva York; estamos en Barcelona. Quería que nos encontráramos en una azotea en honor a esta vigesimoquinta novela, que transcurre precisamente en una azotea en una noche neoyorkina de fin de año en 1999, que es un escenario que creo que da mucho juego. ¡Aquí mismo puede haber accidentes como ocurren en esa novela, que es un thriller! [risas].
Es una mezcla de ambas. Escribir es una pasión, es vivir muchas vidas en una sola. Pero también es una cuestión vocacional, porque solo entendiéndola así es como te puedes dedicar 100% a ella y disfrutarla. En pocas palabras: sin escribir no puedo vivir.
Fue cuando descubrí Kindle Direct Publishing. Ya varios amigos me habían hablado de publicar en Amazon, de autopublicarme, de “llegar a todo el mundo” tanto en digital como en papel y, finalmente, probé suerte en diciembre de 2015. Aunque no fue hasta 2016, con mi novena novela (La viajera del tiempo), cuando me di a conocer y viví un boom.
Y así, sin haber mirado mucho al mundo editorial, sin conocer mucho acerca de ese “mundillo”, me lancé a la autopublicación y ahora estoy muy feliz por aquella decisión.
No sé si yo sería la persona indicada para responder a esta pregunta, pero lo que sí puedo decir es que recibo muchísimos mensajes de lugares como México y Miami. Y, por ejemplo, ¡ver tu libro en el metro de Nueva York es una pasada! Pero, respecto al impacto que mi obra genera, lo que más me gusta es cuando la gente me comenta que se emociona con mis historias: porque aquí lo importante es que tus historias lleguen al público, y cuanto más público, mejor. Y eso solo se consigue con alguien tan potente como Amazon.
La libertad. Para mí, la libertad es lo que ayuda a que el proceso creativo salga como tú quieres. Luego, llegar a todas partes del mundo. Definitivamente es una ventaja el hecho de que tu libro esté disponible en Estados Unidos, México, España, India… y en tantas otras partes, y que lo esté con todas las comodidades y facilidades que un servicio de publicación digital ofrece.
Otra de las ventajas de publicar con Amazon es que tú misma tienes el control absoluto sobre tus obras. Participas en todo el proceso, desde la cubierta hasta la historia. Nadie manda sobre ti. Eres tú quien publica, fácilmente, y de una manera muy intuitiva, tanto en digital como en papel. Insisto, la gran ventaja es que tienes el control sobre tu trabajo. Eso es lo que yo necesito, y publicando de esta manera soy feliz.
Bueno, la literatura es como las películas y las series, un reflejo de la vida cotidiana, de los problemas de la gente. Me gusta mucho jugar con las personalidades, con las inquietudes y con la oscuridad –típica de los thrillers– que todos tenemos y que sacamos en algún momento. Es algo así como lo que dicen los japoneses de que todos tenemos tres caras: la que mostramos al mundo, la que conoce nuestro entorno más cercano y la que solo conocemos nosotros mismos.
Lo que vemos es el reflejo de nuestro día a día, o de la gente que conocemos. Pero, eso sí: la realidad siempre supera a la ficción.
El libro digital ha facilitado mucho la vida,
y puede ayudar a que más gente lea
La verdad es que cuando comencé a escribir no hice thrillers. Al principio parecía que me decantaba más por la novela romántica, pero en el camino no sé qué fue lo que pasó que me acerqué al thriller, a la novela negra, al misterio. Lo hice porque, como lectora, ese género tiene algo que engancha, me gusta el hecho de no saber qué es lo que va a pasar hasta el final, conozcas o no al asesino. Son tramas adictivas que, como se lleva ahora, tienen capítulos cortos y una narrativa ágil. Como escritora es el género que más disfruto. No obstante, eso no quiere decir que no haya experimentado otros géneros, pero ahora mismo, lo que más me gusta es el thriller.
Además, también tiene mucha denuncia social. Y esa es una herramienta muy útil, precisamente para denunciar tantas situaciones de la vida real. A través del thriller esas cuestiones pueden plasmarse en la novela y así adquirir visibilidad. Eso es algo que considero muy importante.
Ay, pues si no sabemos cómo estará dentro de un año, pues dentro de diez mucho menos. Ahora, yo no creo que sea cierto que la gente lee menos. De hecho, cada vez hay más gente con la necesidad de compartir sus lecturas a través de las redes sociales, y veo que se crean clubes de lectura.
Definitivamente no considero que la gente lea menos. Lo que sí creo es que en diez años, gracias a las ficciones sonoras, volveremos un poco al pasado, como cuando nuestras abuelas escuchaban las radionovelas, y eso me parece estupendo. En todo caso, yo creo que habrá nuevos modos de lectura.
A mí me encanta ver mi biblioteca con todos mis libros y mis volúmenes. Seguiré comprando y leyendo en papel porque me gusta mucho. Pero también es cierto que utilizo mucho Kindle, por ejemplo, por las noches para no molestar a la pareja, o cuando hago un viaje y así ocupo menos espacio. En tu Kindle puedes llevar 300 o 400 libros. Ha facilitado mucho la vida, además de que da la sensación de que lees mucho más rápido. También, es una ventaja para las personas con problemas de visión el que tenga una letra más grande. No sé con cuál de los dos me quedaría, pero sí tengo claro que el libro digital ha facilitado mucho la vida para vivir historias.
Va a sonar muy a tópico, a cliché, pero les recomendaría que escriban y lean mucho. Que si publican una primera novela y no tiene el resultado que querían o los lectores que esperaban, les diría que, a pesar de eso, sigan escribiendo y publiquen una segunda novela. La profesión de escritora es un trabajo en el que vas aprendiendo constantemente, y hay que dejar que las cosas fluyan. Yo recomendaría tener paciencia y ser perseverante.