Escrito por: Pelayo de las Heras
Fotografía: Rafael García
Vídeo: Borja Rebull
Cada semana, una furgoneta de impecable color blanco se desliza poco a poco a través de la sinuosa carretera, que discurre entre los paisajes montañosos del interior de la provincia malagueña. Se acerca, así, hacia el horizonte azul. Al volante se encuentra Javier Sánchez, uno de los repartidores más veteranos de SEUR en la zona, y también colaborador de reparto de Amazon, que lo hace a través de una subida llena de curvas. Es su ruta habitual, la misma que lleva cubriendo desde hace casi quince años: desde la base logística en la ciudad de Málaga, donde carga el vehículo de paquetes, algunos de profunda importancia personal, hasta el pueblo de Comares, encaramado en lo alto de una montaña.
Para Javier, su trabajo forma parte de su vida. Ataviado con su uniforme corporativo, cuenta su historia desde el llamado Balcón de la Axarquía, un mirador natural desde el que apreciar la soleada belleza del sur: trazados moriscos, edificios blancos y árboles que se agitan mientras relata el significado de su día a día.
«Tú siempre vienes a dar buenas
noticias porque, al fin y al cabo,
llevas paquetes que la persona
está esperando»
«Lo que más me gusta de mi trabajo es conocer a la gente», explica Javier, que recuerda la ocasión en que tuvo que entregar un ramo de rosas a una maestra en la puerta de una escuela. Un ejemplo simbólico: a veces, una entrega es más que una simple entrega. Es esta cercanía, este trato humano que a veces puede pasar desapercibido en el trajín cotidiano, lo que hace especial cada día. Tal como afirma Javier, sus responsabilidades se vuelven más livianas al repartir, en cierto modo, alegría: «Tú siempre vienes a dar buenas noticias porque, al fin y al cabo, llevas paquetes que la persona está esperando».
La entrega y transporte de pedidos es uno de los servicios que estructura el comercio, estimulando el desarrollo de las distintas zonas de un país y cohesionando tanto la economía como la propia sociedad. La comodidad y la sencillez que ofrece esta clase de reparto crea, en este caso, multitud de oportunidades. El caso de Comares es evidente. Las estrechas calles del pueblo, salpicadas de pequeñas casas de color blanco, dejan entrever el sentido comunitario de un lugar que es, ante todo, abierto. Y es que Javier no solo conoce a cada persona del lugar, sino que, incluso sin vivir ahí, se siente parte de la vida del pueblo. No obstante, tal como señala, parte de la naturaleza de su trabajo ha cambiado: «Antes no se entregaban tantos paquetes en un mismo pueblo».
Parte de este desarrollo proviene de la explosión digital que hemos experimentado en los últimos años y el fuerte aumento del trabajo en remoto, que ha permitido digitalizar gran parte de la vida y sus experiencias. «El comercio digital ha crecido y hemos ido agregando cada vez más colaboradores», explica Javier, que señala como uno de sus efectos la llegada de nuevos habitantes al pequeño núcleo de Comares y cómo la gente del lugar ha ido integrando las compras online en su vida diaria. En la actualidad, casi el 40% de su población ha nacido en otro lugar, un dato que refleja la enorme cantidad de cambios y oportunidades creada por el ecosistema digital y la práctica eliminación, gracias a compañías como SEUR y Amazon, de los obstáculos vinculados a las distancias físicas.
«Antes no se entregaban
tantos paquetes
en un mismo pueblo»
Según los últimos datos recogidos por el INE las ventas del canal digital en nuestro país representaron el 7% del total de las ventas del sector minorista en el año 2022. Estas ventas superaron los 20.659 millones de euros ese mismo año, lo que significa un crecimiento interanual acumulado del 26% desde el año 2014. Tal y como señala Javier, el comercio electrónico «es algo que ha ofrecido más dinamismo y oportunidades a la hora de emprender algún tipo de negocio digital», lo que lleva, a su vez, a la existencia de una cadena de necesidades en la que el reparto de bienes se vuelve más esencial que nunca: son empresas como esta las que hacen que un negocio pueda funcionar al ofrecer un servicio eficaz con el que satisfacer las necesidades de los clientes, separados por kilómetros y kilómetros de carretera.
Este crecimiento digital, además, ha generado un aumento del empleo. Mientras que antes podían destinarse tres repartidores para algunas zonas, en la actualidad cuentan con un grupo de hasta 10 repartidores diferentes. En consecuencia, si antes Javier se encargaba del reparto de 16 pueblos en la zona, ahora reparte en seis. Algo que, según Javier, es muy positivo. «Lo bueno de concentrar el reparto es que puedes ofrecer una mejor calidad en el servicio y, por supuesto, la posibilidad de conocer más a la gente y proporcionar un trato más personal: sabes directamente dónde entregar los paquetes, sabes dónde están las personas…», analiza Javier, ahondando, una vez más, en la que él considera la esencia de su trabajo: las personas.
SEUR, que trabaja con multitud de compañías, repartiendo productos de diversas empresas, es una de las empresas colaboradoras de reparto de Amazon. «Es un cliente muy importante para nosotros, ya que hemos incrementado el trabajo gracias a la compañía, que tiene entregas en todos lados. Gracias a ellos llegamos a todos los puntos posibles del país», relata Javier. La colaboración ha permitido insuflar una especial energía no solo a la compañía de reparto, sino al propio comercio electrónico, formando una simbiosis especialmente efectiva dirigida a satisfacer las necesidades de la gente directamente en sus hogares.