Escrito por: Pablo Suárez
Fotografía: Rafael García
Vídeo: Borja Rebull
Apenas asoman las primeras luces del alba cuando varios camiones inician su ruta desde el puerto de Hondarribia (País Vasco). En su interior, convenientemente refrigerado, viajan ejemplares de merluza que unas horas antes han sido capturados en los caladeros del Golfo de Vizcaya y subastados en la lonja local. El pescado inicia así una ruta que lo llevará a unas instalaciones donde artesanos pescaderos procederán a su limpieza, corte y posterior envasado para que, esa misma tarde, las piezas lleguen a un hogar en la otra punta de España listas para ser consumidas. Es el engranaje de un proceso tremendamente meticuloso que permite al comprador disponer en su cocina de una merluza que ha salido del mar tan solo unas horas antes. El culmen de la buena alimentación; la combinación perfecta entre tradición e innovación.
La Pescatería nace para poner a disposición
del consumidor final pescado fresco,
ya fileteado, limpio y listo para ser cocinado
Ese es el día a día de La Pescatería, un negocio con más de 70 años de vida y cuya capacidad de adaptación a los tiempos ha resultado fundamental para su prevalencia en el mercado. Avalada por el trabajo de hasta cuatro generaciones, desde la empresa han sabido interpretar a la perfección la dirección que tomaba un sector tan disputado como el de la alimentación, iniciando un proyecto que supone una auténtica revolución en cuanto a la distribución de pescado fresco. Lo que a mediados del siglo pasado era una pequeña flota de barcos pesqueros, ha evolucionado en una estructura de alta precisión y gran valor. «La Pescatería nace para poner a disposición del consumidor final pescado fresco, ya fileteado, limpio y envasado. Todo ello a través de un proceso artesanal muy cuidado. Al final lo que buscamos es que el consumidor tenga acceso fácil a un formato que le sea cómodo para cocinar y que al mismo tiempo siempre conserve la calidad del pescado», explica Alejandro Botella, actual responsable y bisnieto del fundador.
El proceso, que ha ido puliéndose a lo largo de los años, aporta un valor añadido que es evidente en el producto final y que permite al consumidor cuidar la calidad de su dieta de una forma sencilla y eficaz. «Nosotros compramos directamente en las lonjas de cada puerto y lo llevamos a nuestras instalaciones para que el pescado esté cuanto antes en proceso de limpieza y fileteado y conserve así toda su frescura», apunta Alejandro.
Una de las primeras cosas que nos gustó
de Amazon fue precisamente su apuesta
por el pescado local y de proximidad
En todo este proceso y ambición, mandan dos propósitos esenciales: la defensa de lo local y la lucha contra la sobreexplotación del medio natural. «Uno de los valores por los que siempre hemos apostado ha sido la pesca local y de proximidad. Lo que es la pesca a gran escala y la sobreexplotación de los mares es un problema que hay que confrontar. Para nosotros, el valor de que el pescado que trabajamos sea de kilómetro cero, de nuestras costas, de nuestras lonjas, es un valor fundamental. Primero, porque garantiza la frescura del pescado, y segundo por la reducida huella que dejamos en el medioambiente, cuidando los caladeros y evitando grandes desplazamientos en el transporte», afirman desde la empresa, un ejemplo de la transición sostenible en la que estamos inmersos.
Es precisamente ahí, en el convencimiento de potenciar esa estructura responsable y al mismo tiempo enormemente eficaz, donde La Pescatería terminó por dar el paso definitivo para llevar el negocio un nivel más allá: distribuir su producto a través de Amazon Fresh sin perder con ello un ápice de frescura. «El papel que tiene Amazon en este proyecto es muy importante. Una de las primeras cosas que nos gustó cuando conocimos su propuesta fue precisamente su apuesta por el pescado local y de proximidad», subraya Alejandro, quien también destaca la apuesta por proveedores locales iniciada hace tiempo por la compañía. «Servicio fácil y de calidad para que el consumidor pueda incorporar en su dieta diaria pescado fresco», sintetiza. La colaboración entre Amazon y La Pescatería es, quizás, el dibujo más fiel de ese nuevo sistema productivo que apuesta por crear un futuro sostenible y respetuoso con el planeta. Es la tecnología al servicio de lo primario y lo local; la articulación de una tradición modernizada sin pérdida de calidad en el proceso. Cuando allá por los años 50, la flota de pesqueros del bisabuelo de Alejandro servía el pescado a sus vecinos, esos alimentos gozaban de la misma frescura que, a día de hoy, con un repartidor transportándolos a clientes que hacen su compra a través de Amazon Fresh.